004 El Club de la Cotakumedia: Jill Valentine (Resident Evil) y la dieta de los zombis

El club de la cotakumedia

Hola a todos nuestros fans, los no tan fans y aquellos despistados que de casualidad pasaban por aquí sin saber qué se iban a encontrar. Soy Yuuko, la encargada de presentar este espacio y cazar a nuestros invitados para obligarles a hablarnos de sus miedos más ocultos e innombrables, así como de otras curiosidades. Hoy me alegra presentar a toda una guerrera, una superviviente: Jill Valentine de Resident Evil.

(Tras la presentación, comienza a vislumbrarse la decoración del escenario, la cual muestra un laboratorio abandonado, con tubos de ensayo rotos y equipo de investigación destrozado. Jill Valentine, vestida con su icónico atuendo táctico, entra con una expresión irónica en su rostro).

Jill Valentine: (Mirando a su alrededor) ¡Vaya, vaya, vaya! Parece que he llegado a otro lugar lleno de zombis hambrientos. ¿Qué sorpresa, no? Pero hoy, querido público, no estoy aquí para hablaros de mis heroicas hazañas de supervivencia. No, no, no. Estoy aquí para discutir algo mucho más… intrigante: ¡la dieta de los zombis!

(Saca su pistola y la sostiene en el aire con un gesto dramático).

Jill Valentine: Sabéis, uno podría pensar que después de convertirse en no-muertos, los zombis estarían preocupados por mantener una dieta saludable. Después de todo, ¡la carne humana no es precisamente baja en calorías!

(Señala un zombi imaginario mientras el público se ríe).

Jill Valentine: Pero, oh no, parece que los zombis no tienen el mismo sentido de la nutrición que nosotros. ¿Quién necesita proteínas magras y verduras frescas cuando puedes chupar la médula de un cerebro humano? ¡Es la dieta del siglo XXI!

(Hace una pausa dramática y luego suspira en falso aliviada).

Jill Valentine: Pero, ¿sabéis qué es lo mejor de todo? Los zombis nunca suben de peso. ¡Nunca! No importa cuántos cerebros devoren, siempre están flacos como un palo. Tal vez deberíamos patentar esta dieta y hacer millones. «La dieta zombi: ¡come lo que quieras y nunca aumentes de peso!»

(Los espectadores ríen mientras Jill hace una mueca cómica).

Jill Valentine: Aunque, claro, hay algunos inconvenientes. La halitosis es un problema grave. Con esas bocas podridas, estoy segura de que nadie quiere besarse con un zombi. ¡Nada de citas románticas para ellos!

(Camina de un lado a otro del escenario, simulando a un zombi).

Jill Valentine: Y el maquillaje es otro problema. ¡La piel pálida está bien, pero la piel en descomposición no es exactamente una tendencia de belleza! Además, ¿quién se para a pensar en su pelo cuando te están persiguiendo para comerte el cerebro?

(Se detiene y levanta las cejas, haciendo una pausa dramática).

Jill Valentine: En resumen, la dieta de los zombis tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado, pueden comer lo que quieran sin aumentar de peso, pero por otro, tienen un aliento letal y una apariencia que asusta a cualquiera.

(Levanta su pistola y apunta al público con una sonrisa).

Jill Valentine: Así que, en última instancia, estoy feliz de ser una sobreviviente en este mundo lleno de zombis hambrientos. Pero si alguno de vosotros decide probar la dieta zombi, ¡le deseo mucha suerte! Y recordad, si un zombi os persigue, ¡corred como si vuestra dieta dependiera de ello!

(Jill se despide del público con un gesto de saludo militar y sale del escenario mientras los espectadores aplauden y se ríen).

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