002 El Club de la Cotakumedia: Himura Kenshin (Rurouni Kenshin) y las mujeres

El club de la cotakumedia

Hola a todos nuestros fans, los no tan fans y aquellos despistados que de casualidad pasaban por aquí sin saber qué se iban a encontrar. Soy Yuuko, sustituyendo a la malvada, malvada jefa: Kaoru. Pero… (se pone el dedo en los labios) shh, que no se entere (guiña un ojo). A partir de hoy voy a ser la encargada de presentar este espacio y cazar a nuestros invitados para obligarles a hablarnos de sus intimidades más sucias, (ejem…) digooo… de sus miedos e inquietudes. Hoy me alegra presentar a un personaje muy querido, tanto por los «viejos» como yo, como por los más jóvenes: Himura Kenshin de Rurouni Kenshin.

(La audiencia aplaude mientras Yuuko se retira a un lado. De repente, el escenario se ilumina con una luz tenue. Himura Kenshin, con su típico kimono y katana, se encuentra en el centro, con una sonrisa amable en su rostro.)

Kenshin: (haciendo una reverencia) ¡Konnichiwa, minna-san! ¡Es un honor estar aquí esta noche! Hoy quiero hablaros sobre un tema que me es muy cercano y que seguro a muchos les resultará familiar: ¡las mujeres!

(Susurros y risas en la audiencia.)

Kenshin: (sonriendo) Oh, no os preocupéis, no diré nada ofensivo. Solo deseo compartir algunas reflexiones sobre lo que he aprendido a lo largo de mi vida, ya que el amor y las mujeres siempre han estado presentes en mi camino.

(Pausa dramática.)

Kenshin: Como sabréis, llevo una katana conmigo en todo momento. Pero dejad que os diga, ¡la verdadera arma más afilada y peligrosa es el corazón de una mujer! (risas) Y yo me he enfrentado a muchas mujeres en mi vida, ¡muchas más de las que podría contar!

(Piensa por un momento.)

Kenshin: Veréis, ser un vagabundo errante no es fácil, pero también tiene sus ventajas. Por ejemplo, puedo conocer a mucha gente interesante en mis viajes. Y, como buen espadachín, atraigo tanto amigos como… ¡bueno, algunos «admiradores»!

(Los espectadores ríen y Kenshin hace un gesto con las manos, restándole importancia).

Kenshin: ¡Uno pensaría que una espada afilada y una cicatriz en forma de cruz no son precisamente elementos románticos! A veces me pregunto si la verdadera razón por la que me miran es porque creen que necesitan una niñera.

(Los espectadores ríen, y Kenshin mira hacia arriba con una expresión de reflexión).

Kenshin: Debo admitir que soy bastante torpe cuando se trata de estas cosas. La última vez que intenté cortejar a una dama, terminé diciendo «Oro en paz, hambre en guerra» en lugar de «Amor en paz, hambre en guerra». La pobre chica quedó perpleja y huyó más rápido que un rayo. (Sonríe con vergüenza).

Kenshin: Pero no todo es un desastre, claro. He conocido mujeres valientes e increíbles en mis viajes. La primera mujer importante en mi vida fue Tomoe. Ah, Tomoe… fue la que me enseñó que el amor puede sanar incluso las heridas más profundas. Aunque nuestra historia tuvo un final triste, su recuerdo siempre vivirá en mi corazón.

(La audiencia suspira.)

Kenshin: Y luego está Kaoru. La maestra del dojo Kamiya Kasshin Ryu y mi querida esposa. (sonríe) Ella es una mujer fuerte, valiente y, a veces, un poco temperamental. Pero, creedme, ¡nunca he conocido a alguien tan eficiente con un bokken! Aunque, volviendo al tema, Kaoru siempre trató de enseñarme sobre el «amor verdadero» y esas cosas, pero la verdad es que aún no tengo muy claro qué significa eso. Pero no importa, sé que estoy en buenas manos con ella.

(Risas y aplausos.)

Kenshin: Por supuesto, no puedo olvidar a Misao y Megumi, dos mujeres extraordinarias que siempre me hacen enloquecer con sus travesuras y personalidades únicas. Son como una pequeña familia para mí, y a veces… ¡como dos pequeñas hermanitas fastidiosas!

(Los espectadores aplauden, y Kenshin asiente con gratitud).

Kenshin: En fin, mientras siga vagando por esta tierra, seguiré encontrando mujeres maravillosas y misteriosas. Y aunque mi corazón esté un poco confundido en el tema, siempre las trataré con el respeto que se merecen.

(Se pone de pie y sostiene la katana en alto, mostrando su determinación).

Kenshin: Y ahora, si me disculpáis, tengo un camino que recorrer y gente que proteger. Pero antes de irme, permitid que os diga una cosa: ¡la vida está llena de desafíos, pero siempre debemos enfrentarnos a ellos con una sonrisa!

(Se despide con una reverencia y sale del escenario mientras el público aplaude y ríe).

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