Tiempos Violentos – Capítulo IV

Fan Fics +18

Laura está llamando

A mí, me gustaría decir que la vida sigue, me gustaría decir tantas cosas, sin embargo las palabras salen a golpes… cuando… debo hacer frente a ello. Ahora, ha pasado algo más de tiempo y no resulta tan duro, sin embargo lo es y mucho. ¿Cómo puedo empezar? Pues… ¿Hablando de él? ¿De cómo era? ¿De quién era? Todavía me caen las gotas de lágrimas y han pasado ya tres años, no es posible, pero… pero lo es.

¿No resulta extraño que me… tiemblen la mano mientras…lo recuerdo? Yo amaba a mi padre por encima de todo, le amaba a él por encima de mi novio incluso. No sé cómo describir mi infancia… yo diría que siempre he sido una niña alegre, mi padre solía llevarnos a un campo donde estábamos al sol durante unos fines de semana. Me encantaba cuando me subía a caballito y me levantaba, era como si pudiese ver el mundo entero bajo mis píes. Era como si volase, me sentía liberada, mientras los rayos de luz me calentaban la cara. Mmm cómo pasa el tiempo…

Mi sueño desde siempre ha sido educar, cuando era pequeñita solía jugar con mis amigas y hacer de profesora. Me gustaban mucho los niños, poder cogerlos fuerte y ayudarlos. Enseñarles, era realmente lo más bonito que te puede pasar. Tenían tanta vida, había tanto. Parece que hayan pasado siglos ¿No crees?
-Sí, eso parece…-Respondió una voz siniestra y triste.-
-Y que seas tú el que esté oyendo esto… Nunca hablamos de ello ¿Verdad? –Pregunté temerosa… y con cierto rencor.-
-No… yo no tenía ganas de oírlo y tú… bueno, tampoco de contármelo.
Que idiota arrogante…-Pensé.-
-Eran cosas mías…
-Puedes… ¿Continuar?
-Claro, aunque me he desviado un poco…
Él que era tímido y nunca daba nada, se acercó y me susurró al oído.
-Hazlo por mí, por favor… -Mientras sostuvo mi mano,-
Aquellas palabras terminaron de convencerme…casi había olvidado qué clase de diablo era.
-Me gustaba educar y por eso entré en la carrera dónde nos conocimos. Y me pareciste un…
-Dilo, no te cortes.
-¡Un idiota!
Él sonrió y también se puso algo nervioso.
-Cuando estaba andando aquel día… junto con Vanesa y ¡No nos saludaste! ¡Te cambiaste de acera! No te conocía de mucho… pero no me caías muy bien… siempre en clase hablando. A mi no me gusta ese tipo de personas que intentan hacerse de notar. No me gustaron nunca.
-Por eso nunca hablamos en primero, ¿Cómo íbamos a hablarnos? Jum..En cambio yo sí te quería conocer, desde el día en el que vi ese tocado.
-Ya, pero eso es pasado y no volverá….
Él se acercó a mí.
–Intentaba sacarte una sonrisa, después de todo… ¿Quieres que paremos?
-Yo… no quiero…
-Lo entiendo.
-No quiero detenerme. Es… el último favor que te haré, es… la última vez que nos veremos… y yo no soy como tú. Yo no podía esperar nada de eso, no… lo podía esperar, yo estuve todo el verano saliendo con mis amigas, estuve yendo con Marcos por ahí… empecé ya con problemas en mi grupo, Vanesa se había convertido en una verdadera dictadora y yo no sabía qué hacer. Eso son tonterías, claro… ahora… con el tiempo… son… tonterías…sobretodo cuando todavía… hay algo muy hondo que no termina de cicatrizar… -La habitación estaba oscura, era como si la propia luz reflejase… todo aquello… todo… pensé- cuando algo malo va a pasar a veces… lo intuyes. Ese fue uno de los días. Volvía como cualquier otro día… ya sabes, mi padre, fue un gran hombre… un hombre honesto. Mi… padre… -No pude contener las lágrimas, me costaba hablar de eso, pero tenía verdaderas ganas de sacarlo… quería sacarlo.- Él estaba ahí sentado como siempre viendo la tele… fui a la cocina, cuando derepente no oí nada, estaba… estaba… todo demasiado tranquilo… todo… me angustié mucho… me empecé a preguntar ¿Dónde estás papá? ¿Dónde? … ¿Papá? ¿Papá? Dios por favor… que no sea nada, por favor, no puede pasarle nada, por favor… por favor… empecé a correr por toda la casa, no estaba, no estaba… ¡No estaba! Y vi la puerta del baño cerrada… llamé… ¿Papá? ¿Papá? No contestó nadie… me estaba dando un ataque y seguí llamando. ¿Papá? ¿Papá? Cuánto más tardaba, más nerviosa me ponía… el maldito pomo no abría… no puede ser… Dios mío… el corazón… todo iba mal ¿Sabes?…. TODO iba muy mal, fatal…. ¡Golpeé la puta puerta! Y no se abría…-Rompí a llorar.- Intenté tirar la puerta abajo… Díos mío… yo… yoooo… intenté tirar la maldita puerta abajo… al final… tras varias veces… entré. –No permití que ese tío me viese llorar y aparté la mirada… la imagen que ya nunca podré olvidar. No… podré olvidarla jamás.- no dejes que se vaya… no me puede estar pasando esto, no puede estar sucediéndome esto… cogí… … cogí su mano… ¿Papi? …….-La voz… se me entrecortaba, mi corazón latía… habían pasado tantos años… y seguía tan presente como ayer…. No pude… no podía… por una vez él fue humano, se acercó a mí y me abrazó. No podía dejar de llorar. No sé cuánto tiempo estuvimos ahí, no sé cuánto fue el tiempo…-
-Es mejor que lo dejemos, es… remover el pasado.
-No. –Dije seria, quería hacerlo, quería hablar de ello, me sequé con la manga de mi camiseta las lágrimas. Ya era una mujer fuerte… soy una mujer fuerte. Me dije.- Quiero continuar.
-Como veas…
-Llamé a la ambulancia pidiendo auxilio… con mi padre aún tendido, me dijeron un montón de cosas… no las recuerdo, sólo puedo ver su rostro… apagado… sin latir… después de eso… fue demasiado rápido todo. Ambulancias, papeleos… y un funeral, todos esos hipócritas que me llamaron diciendo “Conocía a tu padre, era un gran hombre, estaré ahí para todo lo que necesitéis.” Y luego nadie estuvo… nadie estuvo, salvo mi madre y mi hermano, y… durante un momento tú también… qué engañada.
-¿Fue cuando pasó aquello?
-Tú le dijiste a Iman… que pondrías mi nombre en todas las practicas de vuestro grupo sin que yo apareciera, que te era indiferente que yo pudiera o no ir… por mí. Por alguien a quién no conocías de nada. Ese engreído niñato… era capaz de hacer eso por otra persona sin importarle lo más mínimo quién fuese yo… estaba completamente sola, sin grupos y no tenía ya fuerzas para pensar en la carrera.
-Yo nunca te dije que era una gran persona, eso lo supusiste tú.
-Ya… me lo demostraste con creces créeme. ¿Sabes? Me gustó lo que decías, hablabas de odio sin miedo a lo que pensase… hablabas de muerte y de lo miserable que era la gente. Realmente decías cosas que antes me hubieran horrorizado, pero en ese momento solo sentía algo negro dentro, algo muy negro… no tenía respuestas a nada ni a nadie, quien fuera… todo se había ido a la mierda… no había Dios… no había nada… ¿Por qué a mi padre? ¿Por qué? Era honrado, trabajador, ayudaba a los suyos como él que más. No entendía nada…
-Debo pedirte disculpas…
-Sí, por muchas cosas, pero tus disculpas ya no me sirven de nada, no me sirven absolutamente de nada.
-Cuando nos conocimos hablé de esas mierdas, no porque quisiera ayudarte, sino porque fue la forma de vida que siempre he tenido… pero nunca fueron grandes consejos para alguien como tú. Tú eres la luz, nunca pude decírtelo, es cierto, que nunca quisiste oírlo después de aquello.
“Aquello” el incidente que rompió todo lo que podía sentir por un tipo como tú, como la persona que había conseguido que volviese a sonreír se había vuelto un villano, después de todo el vacío que sentía dentro, que rompí con mi novio, porque nada tenía sentido y nada me llenaba y tú, miserable… que conseguiste… llenar ese vacío un poco… me jodiste… No quise… decírselo, pero lo pensé, lo tenía presente. Porque tuve que odiar… no sólo porque el mundo me había arrebatado a mi padre, la persona que más quería y admiraba en el mundo, sino que además…tuve la mala suerte de conocerte a ti. Por suerte, ya me das igual…
-Ya da igual… no te creas que aún me acuerdo de aquello, ya hace mucho que dejé de pensar en ti.
-Yo en cambio no. -¿Cómo? … Demasiado sincero.- No he parado de pensar ni un solo día, y no he parado de arrepentirme ni una sola vez. Es lo único de lo que me arrepiento. Recuerdo y sueño muchas veces con haberte abrazado y besado… que haberte sentido cerca… incluso te envié mensajes…
-Sí… que estúpido… ni siquiera los respondí era una tontería responderlos.
Él sonrío…
-Sí, es cierto…
-Y he venido sólo… porque… Iman me lo pidió, me dijo que tú lo necesitabas de verdad, que de verdad… necesitabas verme, sino no te hubiese ni visto. Y cuando vine aquí, te arrodillaste… pidiéndome que te lo contase… -Me impactó tanto verle arrodillado con la frente tocando el suelo nada más recibirme… que no he podido… negarle… esa petición.-
-Sí, necesitaba verte, y necesitaba oírte… oír tu historia, para saber y para que vieras mis ojos. Quería saber y quería decirte algo.
-¡Bien! ¡Pues ya lo sabes! ¡Qué quieres decirme!
-Me gustó mucho cuando discutimos en aquella mesa como un matrimonio y yo me fui “al bar”, me gustaba cuando me limpiabas los restos de palomitas de mi camiseta, me gustaba cuando te sentabas al lado mío, y sin entender en absoluto mi dolor intentabas por todos los medios acercarte a mí. Amé cada instante que pudimos compartir, como cuando fui a buscar aquel conejo y viniste conmigo, como aquella noche donde te vi llorar. Deseé en todos esos momentos besarte y decirte que yo te haría feliz, que yo te protegería, que no importaba el pasado. Por ello te pido perdón… y…
-¿Y… qué?
Él se acercó rápidamente a mí, y me besó… mirándome a los ojos me susurró al oído.
-Te amo.
-No… no, lo siento…-Le aparté mirándole… con cierto asco.- No… me tengo que ir… me voy… no he venido para esto…
El silencio se apagó, yo me despedí… corriendo… y no quise saber nada más. No quería volver a ser engañada… ¿Padre qué… me aconsejarías tú? … Papá… no me engañará nunca más.

La dejé marchar sin detenerla, fue mucho lo que había conseguido, poder escucharla. Atender a sus palabras me ayudó a comprender. Cof… cof…. Mierda… aquella tos macabra y de borgoña podía hacerme intuir que mi muerte se aproximaría. No quise cargarla de mi lastre, por eso la llamé con tanta vehemencia.

-Eh, viejo suegro… tú estarás en el cielo, espero que cuando me recibas me pegues un buen puñetazo directo hacia el infierno por haberla dejado escapar y hacerle tanto daño. –Me sonreí en voz alta.-

Me encendí un pitillo, mirando la luna. Me senté apaciblemente. La noche se mostraba espléndida. Me he preguntado tantas y tantas veces sobre la muerte… ¿Qué es? ¿Qué pasará? Oyéndola a ella, me doy cuenta que no tanto para los que mueren, sino para los que le rodean a uno, la muerte es como un agujero negro que todo lo lleva a lo desconocido. Es una huella que puedes explicar, pero nunca entender qué llevó a que alguien pisara ahí y no al lado. ¿Por qué esa? ¿Por qué no otra? El tacto frío de mi zippo, y el humo que adornaban la figura de la luna era lo último que podía esperar.

Hasta ahora he sido un imbécil escribía poemas a la muerte, amándola, hablando de la buena muerte, escondiéndome de la vida. Morir. Morir. Morir. Nunca dejé de pensar en suicidarme, pero cuando he oído lo que ella sufrió, comprendí lo importante que es vivir. Hablar de morir es tan fácil… sentir y vivir con el pesar de no ver a tus seres queridos porque fallecen es tan difícil. Aquella puta lección vital sólo podía aprenderla de ella, una persona que hizo que la amase, tristemente yo la defraudé. Si con alguien quería saldar las cuentas era con ella. Sí… con ella. Espero que no se lo tome a mal, por lo que voy a hacer.

Me quedan meses de vida, por suerte mis padres ya no están, casi no tengo amigos y mis hermanas están lejos. Estoy solo, y bien he hecho en estarlo ante fatal destino, sin embargo me he equivocado… desearía que ella me diese su amor en vez de su marcha, no obstante, así es la vida. Me levanté y con un spray pinté en mi pared “Amo la vida” con una hermosa cara sonriente. Mi sillón seguía cálido esperándome hasta tal punto que me alegré. Esta vez me tomé una copa de vino y un buen puro. Puse un poco de Beethoven la novena sinfonía. Cuando puedes sentir esa oda gloriosa, ves el cielo llegando a ti. Lloré a moco tendido.

Su padre murió con ambulancias y seres queridos preocupados por él, murió sabiendo que le amaban, murió satisfecho por sus actos. Mi situación era diferente, estaba solo, en una habitación oscura, sin nadie que se preocupase por mí, con una copa de vino y llorando. Tantos años cavilando sobre mi muerte y francamente todavía estoy desconcertado en atreverme. Recé a Dios y rememoré mi vida, corta, vacía, triste. Quise volver atrás para decirme todo lo que tenía que haber hecho y no hice por miedo, ahora es demasiado tarde… demasiado tarde… algunos viven según el Carpe Diem y mueren llorando, otros vivimos según el Memento Mori y vivimos llorando, cuando en realidad hay que vivir el Carpe Diem Memento Mori a la vez. Tantos libros, tantos conocimientos no te salvan de morir. Rey o peón todos bajo la tierra. La muerte es justa porque se lleva a todos, antes o después se los lleva a todos. La muerte es absoluta, porque de todas las verdades solo conocemos una con total certeza: Vamos a morir. De ella puede hablarse mucho, debatirse, juzgarse… pero nadie la ha vivido para contarla. Irónico. Levanté aquella pistola que había guardado, con el último golpe de las voces obra de Beethoven, de píe mirando a la luna desde mi ático. No vi luz alguna en mi habitación y sudaba muchísimo… estaba aterrado solo de notar el cañón en mi sien. Me detuve…bajé el cañón… cuando lo levanté esta vez apunté a mi boca. Tragué saliva… tragué mucha saliva. Podía ver abajo mía mi nota de suicidio: “Vuelvo en cinco minutos” y mi móvil. Nunca me llamaron así que no me importaba tenerlo ahí. Los segundos parecían siglos… hacerlo no hacerlo… y si no me muero… y si sigo vivo con esa enfermedad… ¿Qué pasará? ¿Me reencarnaré? ¿Qué pasará?…
-Ojala… suegro, maldito viejo, ojala tuviera una preciosidad que me quisiese y corriese a por mí. Ojala… No tengo tanta suerte. –Dije en voz alta.-
Quise ver el mundo con otros ojos. No me arrepiento de cómo he vivido y sonrío aunque esté triste. Tengo mucho miedo, pero no temo ser yo mismo. Cuando… apreté el gatillo… mis ojos se volvieron borrosos… no estaba muerto… los segundos se sucedían lentos y rápidos… el móvil sonó casino pude oírlo, pero veía la pantallita encendida… “Laura está llamando” En ese momento intenté cogerlo, pero mi cuerpo se escapaba hacia el suelo…. Y sólo pude balbucear mientras lloraba…
-Mientras vivía… siempre quise morir… y ahora… que voy a morir… quiero vivir…mierda.

¿Seguro que no quieres darnos tu opinión?