En muy poco tiempo, el nombre de Final Fantasy se convirtió en sinónimo de éxito. De una saga de memorables RPGs pasó a ser una auténtica franquicia que acogió los más variopintos productos. Si bien algunos eran auténticas aberraciones, como el Final Fantasy Mystic Quest de SNES, otros eran dignos merecedores de llevar el nombre del buque insignia de Square. Posiblemente, la saga paralela que mejor sabor de boca nos ha dejado ha sido la de Final Fantasy Tactics, cuya última entrega la hemos podido disfrutar en nuestras Game Boy Advance.

ERA UN DÍA COMO OTRO CUALQUIERA. . .

Marche acaba de trasladarse a su nuevo hogar, un pueblecito nevado llamado San Ivalice, junto a su madre y a su hermano paralítico Dóned. . Es tímido y le cuesta hacer amigos en el colegio, siendo objeto de burla por los macarras. Sin embargo, acabará haciendo buenas migas con Mewt, un chico cuya madre murió y su padre vaga de trabajillo en trabajillo, a la vez que él es aún más incordiado por sus compañeros de colegio; y Ritz, una niña de fuerte carácter y gran orgullo. Un día, todos quedan en casa de Marche para ojear un libro de fantasía que Mewt ha comprado. A todos les gustaría vivir en un mundo de fantasía donde pudieran alcanzar sus sueños y dejaran atrás su triste realidad. . . tan profundo es el deseo de todos ellos, especialmente de uno, que ese libro les catapultará a ese mundo que tanto anhelan. . .

EL AJEDREZ DE SQUARE-ENIX

Final Fantasy Tactics Advance apareció en 2003, pasando a nutrir la amplia lista de RPGs y aventuras tácticas de la pequeña consola de Nintendo. Anteriormente, esta saga ya había aparecido en PlayStation, cosechando muy buenas críticas. A pesar de tener muchas cosas en común con la franquicia principal, la saga Tactics también posee varias cualidades propias, como son la ambientación o las razas que podemos encontrar en este submundo, como los bangaa y los veira, amén de otras ya conocidas como los moguri o los mismos humanos. Sin embargo, este universo paralelo se ha visto trasladado ni más ni menos que al Final Fantasy XII, que ha sido creado y desarrollado por el mismo equipo de programación de Square-Enix responsable de los Tactics.
En primer lugar, Final Fantasy Tactics es, como su mismo nombre indica, un RPG táctico en toda regla. Así, el único espacio jugable es el campo de batalla, que se encuentra dividido en una gran cuadrícula con diversos desniveles. De este modo, emplazaremos en él a nuestras unidades y, cada vez que les llegue el turno, podremos escoger si queremos que se muevan a un punto en concreto, que ataquen o que esperen. Sin embargo, pronto podemos observar que este Final Fantasy difiere de cualquiera aventura táctica que hayamos podido jugar. Su complejidad es inmensa. De hecho, incluso la colocación(es decir, la dirección en la que mira nuestra unidad) es crucial pues, si nos atacan por los lados o por detrás, será más difícil defendernos. A esto hay que sumar todas los oficios que podremos asignar a nuestras unidades, muchos de los cuales están bloqueados en un principio y deberemos hacer méritos en otros más básicos para alcanzarlos, sin contar que algunas razas cuentan con oficios propios y exclusivos. El oficio que elijamos influirá no sólo en las cualidades de la unidad (como la fuerza, la movilidad o la evasión), sino también en sus habilidades y las armas y equipamiento que pueda llevar, que también influyen en esos parámetros. Esto eleva de forma asombrosa las posibilidades de personalización, creando un árbol de casi ilimitadas ramas. Esto rompe con el tradicional esquema de los RPGs tácticos de “piedra, papel y tijera”, es decir, “esta unidad/arma es superior a esta unidad/arma, pero es inferior a esta unidad/arma”, cosa que se agradece y que posibilita una experiencia mucho más satisfactoria, aunque también es verdad que no es tan dinámica y jugable como las de los Fire Emblem o Advance Wars, siendo más densa y requiriendo mucha más paciencia y dedicación.
Por otro lado, Final Fantasy Tactics también libera el tradicional esquema lineal de misiones de los RPGs tácticos. En el principio del juego, formaremos un clan de mercenarios(al que incluso podremos poner nombre) que se encargará de cumplir las misiones publicadas en las tabernas. Podremos elegir la que queramos sin un orden en concreto y se suelen dividir en dos grandes grupos, aquellos en los que el clan se ve inmerso en una batalla y aquellos en los que hay que enviar a una unidad que intentará realizar la misión por su cuenta. También la mayoría de las misiones requieren que poseamos ciertos artefactos que se consiguen principalmente con el segundo grupo de misiones para poder acometerlas. El éxito en estos trabajitos propiciará que tanto las habilidades como el nivel del clan vayan aumentando. A pesar de todo, sólo ciertas misiones harán avanzar la trama principal del juego. Sin embargo, se agradece esta mínima libertad de elección, a la vez que aumentan las tramas secundarias (como el enfrentamiento contra un clan de asesinos o la búsqueda de los tesoros de un antiguo héroe). En total existen 300 misiones y harán falta muchas horas para completar el juego al 100%(la primera vez que terminé el juego tardé 21 horas y sólo completé 97 misiones).
Los apartados gráfico y sonoro son bastante buenos y correctos, aunque las animaciones y las canciones pecan de repetitivas, así como los monstruos. Parecen arrastrar el peso de la enorme inmensidad y complejidad del sistema de juego. De todas formas, no molestan en ningún momento y logran crear una buena ambientación. Por otro lado, el guion surge de una idea muy buena y que se desarrolla con enorme soltura durante el juego, elevando altamente el interés, aunque tampoco esperéis tantos recovecos como en las historias de sus “hermanos mayores”. En definitiva, la puesta en escena del cartucho es de gran calidad, esa calidad a la que nos tiene acostumbrados Square-Enix.

IVALICE, LA TIERRA DE LOS SUEÑOS

En ocasiones, los fans de Final Fantasy desconfiamos de aquellos títulos que intentan reunirse al amparo de esta gran saga en productos alternativos que, muchas veces, tememos que manchen la gran reputación y calidad de, posiblemente, la saga de RPGs más exitosa de la historia. Final Fantasy Tactics no es ese caso, al contrario, es un más que digno miembro de participar en este fascinante universo y, desde luego, si la calidad de sus entregas se mantiene, debería extenderse a la par que su hermana mayor, para deleite de todos aquellos que disfrutamos con todas las variaciones del género RPG.

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