Despues De La Tormenta Llega La Calma – Capítulo 6

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Revelaciones

Nicolás Aubertier es un sacerdote católico radicado en la capilla de Lourdes. Nacido de una de las familias mas respetadas y pertenecientes a una institución, con la finalidad de difundir la enseñanza de que, todos lo cristianos son llamados a la santidad. A vivir una vida ordinaria, ofreciendo su trabajo a dios y la oración constante acompañada de la mortificación corporal, como estimulo a la superación personal.
Comprendió las duras enseñanzas y disciplinas impuestas como “costumbres familiares”; aquellas fomentadas por su padre. Como ducharse con agua fría en invierno, realizar rigurosos ayunos y auto flagelarse el cuerpo; así como madrugar, ponerse a estudiar y ayudar en las tareas domesticas. Más de una vez, las duras palabras, de aquel hombre resuenan en sus oídos:
-No seas flojo, levántate…-Se viril, se recio.
-Si sabes que los deseos de tu cuerpo son tu enemigos y enemigos de la gloria de Dios, ¿por qué lo tratas con tanto valor?
Lamentablemente conoció cuales eran las consecuencias de la desobediencia, mediante el suceso ocurrido con su hermana. Algo que lo lleva directamente a la incomodidad desmesurada.

Como una costumbre fuertemente impuesta, Nicolás cumple con sus tareas sacerdotales, la practica habitual de la confesión como la “charla espiritual” equivalente a una conversación personal, como guía espiritual.
El sonido de las puertas, lo alertan de que alguien ha llegado. Deja todo lo que estaba haciendo y se prepara para recibir a su invitado. Un hombre deja su abrigo y sombrero en el perchero, se dispone a persignarse. La mirada de sus ojos demuestra su intranquilidad y preocupación.
-Padre… a que se debe tu visita tan temprano?
-Vine para hablar contigo. Seré breve.
Ambos se dirigen a la cocina, Nicolás prepara un poco de café. Y se sienta a su lado.
-Hay algo que te preocupa padre?- este lo mira y realiza una sonrisa un poco burlona.
Mírate tan conciente de tu fe…- Pues nunca creí de ti que llegaras a más, ya que siempre fuiste tan flojo en tus metas.
Creo que trate de hacer lo mejor.
¡Hacer lo mejor no es suficiente!- el silencio de pronto envolvió la cocina.
-Espero que no hayas olvidado lo que paso con tu hermana. No tolerare ningún tipo de escena parecida.
Pero a que te refieres…?
-No soy entupido…!! En ese momento se levantó abruptamente y tomo a Nicolás por el hombro y corrió su camisa, dejando descubierta su espalda
-Desde cuando no estas realizando las penitencias. Que esperas? Que el mal te tome y te conviertas en una ramera como tu hermana.
N o digas eso! Grito, como un lamento que esperaba ser escuchado.- Súbitamente una bofetada en su rostro lo acallo de golpe.
-Escucha bien lo que te voy a decir:
No tolerare otra humillación, y antes que caigas en manos de él, yo tomare tu vida con las mías.
Que termines bien tú día. Me retiro.
El hombre tomo sus cosas y se fue, sus palabras eran firmes y claras. La decisión ya estaba tomada. Nicolás quedo en nulo, y una sensación de miedo y desazón lo cubrió por completo.
-Porque me esta pasando esto? Era culpa de aquel individuo que lo arrastro sin ningún tipo de vergüenza, por complacer sus deseos carnales, ahora estaba pagando las consecuencias.
Debo terminar esto. .,. Debo alejarlo de una vez por todas.

Luego de lo acontecido, como lo hacia desde hace bastante tiempo, el joven se acerco a la capilla.
Padre puedo hablar con usted, con respecto a lo sucedido la otra noche…
Entra te estaba esperando.
Esperando…?
Si adelanté. -Este ingresó al interior de la capilla y el sacerdote se dispuso a cerrar las puertas, no debía ser interrumpidos, si quería llegar al final de todo esto.
Una vez que Albert cruzo la puerta, Nicolás lo tomo por el brazo y lo llevo a la arrastra hacia adentro.
-Pero… que le pasa déjeme?
-No te dejo nada. Ahora me vas a escuchar mocoso desvergonzado.
-Desvergonzado..’ y que es usted padre?- un sacerdote que se deja hacer sexo oral por un hombre de su comunidad.
Cállate..!! Grito fuera de toda razón.
ahh!! El golpe proporcionado por el sacerdote al chico, lo dejo totalmente conmocionado. El stress originado por la anterior discusión lo sumergió en un mar de total nerviosismo.
El joven bajo su rostro y se detuvo totalmente. Nicolás se dio cuenta de lo que había echo y pensó.
-Solo es un crío de 17 años…-Lo siento… te encuentras bien?
-Porque hace esto?’Que pretende de mí… piensa que puede usarme a su antojo y luego golpearme para satisfacer su culpa.-Pero quien se cree que es…?
Que dices..
-Usted sabe muy bien a que me refiero, ambos sabemos que lo quiere, tanto como yo.
Deja de decir tonterías.
No son tonterías.
-Prefiere que se lo demuestre?. Porque no corre padre?- El rostro que lo enfrentaban sin titubear, con lagrimas cayendo por sus mejillas, parecía un espejo que invitaba a mirar más adentro. Suavemente se acerco a su rostro tomándolo por la barbilla y lentamente sus labios se acercaron al límite de ser tocados, el sacerdote se dejo llevar, por ese aliento. Dejando caer su cuerpo, ambos terminaron en el suelo.
Palabras coherentes venían a su mente, nuevamente había caído bajo su hechizo.
-No te das cuenta que es inútil. No te resistas…
Porque caía una y otra vez en lo mismo? Era realmente lo que quería, lo que deseaba?
Un susurro en su mente, una frase de su padre, la cual citaba a diario:

“No mintáis y no hagáis lo que detestáis, porque todo está desvelado a la faz del cielo. En efecto, no hay nada oculto que no sea manifestado y nada cubierto que quede sin ser revelado. (Evangelio de Tomás, sentencia sexta.)”

*No me siento cómodo con esta situación, ni tampoco se como darla por finalizada. Mi vida se encuentra envenenada; pero esta suave sensación que transmiten estos labios los cuales estoy besando, me llevan fuera de toda sensatez y poco a poco la tristeza me abandona. Soy esclavo de este hombre y preso de mi propia conciencia…

A que le temes? Debes ser honesto contigo mismo. Tu cuerpo me demuestra que no siente lo mismo. Lo puedo sentir a través de las fuertes palpitaciones de tu pecho, sin resaltar que todavía estamos en el suelo…y una risa escapó de sus labios.
-No me subestimes!! Solo tú saldrás lastimado en todo esto
Se tan sádico conmigo que quede tan herido que no pueda respirar.
Que dices..?
Pero no sea condescendiente conmigo sino me vas a amar…-La escena siguió desarrollándose tras un manto de silencio, las palabras del joven habían echo ver a Nicolás, lo necesitado de amor, que se encontraba ese muchacho. Era amor o solo las sensaciones propias de su edad lo llevaban a tales actos apasionados.
Nicolás tomo por la espalda al joven y lo abrazo tan fuerte que este sintió sus huesos quebrar, acerco su boca hasta su oído y murmuro unas palabras:
-Que voy hacer contigo? Quiero pensar que tú eres mi recompensa por todo estos años de buen comportamiento o eres una ilusión de mi inconciente.
Una ilusión? Crees que una fantasía te acariciaría. No te burles de mí.
-No tengo escapatoria verdad?
Al levantar la mirada podía obtener una vista panorámica de aquel hombre, la piel blanca, pero ardiente. Los ojos penetrantes, con un cabello claro que enmarcaba tan asombrosas facciones.
Tomo con sus manos el rostro de Albert y con un sutil movimiento beso su frente, de la misma forma como un padre besaría a un hijo.
.- Por favor vete Albert… No sabía cuanto mas podría aguantar antes de caer en la irracionalidad. Los fuertes deseos se hacían más fuertes a tal punto de volverse insoportables.
En ese momento Albert tomo la decisión contraria, comenzó por aflojarse la camisa y poco a poco su imagen se convirtió en una totalmente descuidada. El titubeo en la voz del sacerdote detonaba su nerviosismo.
-Que haces eso es peligroso? Este es un lugar sagrado, sal de arriba mío.
Este acerco sus manos y las coloco en la boca de Nicolás tapándola por completo.
-Cállate o tú montaras un escándalo. O prefieres que grite, sabes que en minutos muchos vendrán a ver que sucede. Y no estamos en la posición más correcta.
Por favor sal -No podía creer como era totalmente sometido por un crío de de 17 años, el cual tenía las agallas de hacer eso y mucho mas.
Albert toco los labios de Nicolás y coloco un dedo dentro de su boca, y acerco sus labios cerca de su oreja, lamiéndola.
-Solo quiero hacerte sentir bien. Recorrió con sus manos sus piernas y cada uno de sus dedos se movían de una forma distinta.
-Nicolás dejo ir lentamente su intención de escapar y esta fue totalmente remplazada por la necesidad de placer.
Su cuerpo desbordaba de excitación y a la vez se arriesgaba a ser sorprendido.
-Algo se esta poniendo duro aquí?
Las mejillas de Nicolás lentamente tomaban un color rojizo y la transpiración asomaba por su cara.
El joven se coloco justo por encima de su entre pierna e hizo exaltar las caderas de Nicolás. Este giro su cabeza fuera de la vista del joven, notablemente estaba avergonzado. Albert lo tomo por la barbilla y lo beso con fuerza, su lengua se introdujo dentro de su boca y comenzó a entrelazase con la suya acariciándola repetidamente. El sacerdote cerro los ojos por un momento pero al abrirlos nuevamente, la imagen de un crucifijo en la pared lo arrebato de aquel sentimiento placentero y una punzada en su estomago lo hizo sentir nauseoso.
-Déjame..! Tomándolo de las caderas lo quito de encima de él y se reincorporo.
No tienes respeto por nada. Yo no soy como tú.
Albert arreglo sus vestiduras y se levanto del suelo su mirada demostraba lo humillado que se sentía al ser rechazado e insultado.
El sacerdote se dirigió hacia la puerta de la sala, pero expreso lo que sentía.
-Tú estas confundido, necesitas encontrar una joven que desee ser tu novia. Y debes aprender a controlar tus impulsos, no te odio ni te aborrezco solo es que no puedo ser para ti. Ahora solo vete.
El muchacho tomo al picaporte de la puerta y sin mirar al sacerdote le dijo:
-Si usted no es para mi no será para nadie y si debo obligarlo a tenerme, no lo dudare.
L a puerta se cerró con fuerza y Nicolás se tomo de la cabeza.
-Esto se esta descontrolando…

“Solo mediante la experiencia puede llegar a saberse de una cosa que es un veneno; ¿entonces el mal solamente es un dato experimental?”(Baruch de Spinoza)

Albert Keller nació en el seno de una familia católica clase media con descendencia Alemana. Residió a lo largo de su infancia en diferentes ciudades, mudándose continuamente por el trabajo de su padre, nunca encontró la estabilidad, a pesar de contar con una familia calida y amorosa, sus padres relativamente jóvenes y sus dos hermanas mayores. Siempre fue el más consentido y protegido. Su vida se marco por la soledad, ya que la continua rutina de mudarse, lo desarraigaba de sus amigos y de los lugares con los cuales había echo un vinculo. Por lo tanto opto por no aferrase a nadie. Con el tiempo su actitud se volvió mas libertina y rebelde pero siempre mantenida oculta en un estilo de vida de obediencia y disciplina.
Al llegar a la adolescencia sus gustos cambiaron y comenzó por sentirse atraído por otros hombres. Siempre lo mantuvo en secreto, demostrando ante su familia una conducta intachable y lidiando con los deseos de su madre de presentarle bellas jovencitas de alta cuña. Es un joven muy atractivo que levantaba las miradas de todas las mujeres y de un que otro hombre. Con los cuales mantuvo relaciones amorosas, como diferentes jóvenes de su edad, abarrotados de hormonas y listos para ceder ante ellas. Con el tiempo había aprendido con quien era correcto liar…

“Sé mas coherente con tu carácter que con tu reputación, pues tu carácter es lo que eres en verdad, mientras que reputación es lo que otros piensan que tu eres.”(Anónimo)

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