Prácticamente al unísono se empezaron a publicar en nuestro país dos obras del género jidaimono, es decir,relacionado con el pasado histórico de Japón,generalmente centrado en historias de samurais,de caracteres muy distintos.Una es Vagabond,la historia de Musashi Miyamoto narrada por Takehiko Inoue y editada por Ivrea.La otra es La espada del inmortal,la obra de Hiroaki Samura que narra la historia de Manji,un ronin con un peculiar don:la inmortalidad.

La espada del inmortalEL HABITANTE DE LO INFINITO

Manji es,como tantos otros protagonistas de historias de samurais,un ronin,es decir,un espadachín que ha perdido a su señor y que vaga sin rumbo y sin honor por el país.Sin embargo,él mismo es el responsable de esta vida:cuando descubrió que el señor al que servía era un tirano que le hacía matar campesinos inocentes,decide arrebatarle la vida.En su huida,llega a matar a cien hombres en una sola noche.Y así discurre su vida,con una terrible sensación de culpa sobre sus espaldas,sin tener ningún objetivo en su vida más que cuidar a su hermana Machi,cuyo marido murió a manos del propio Manji,lo que provocó en ella la locura. 
Sin embargo,cuando se cruza con una vieja monja budista llama Yaobikuni,ésta le hace ingerir sin que se dé cuenta unos «kessenchu»,gusanos de la sangre que confieren a Manji el don de la inmortalidad.Pero él no ve en ese don una bendición,sino un castigo.Los kessenchu sólo se iran si cumple su objetivo en la vida.Así,tras la muerte de su hermana,decide acabar con la vida de cien maleantes para así compensar las cien personas inocentes que mató.Al poco de comenzar su misión, se topa con una adorable jovencita llamada Rin,cuya sed de venganza se cruza con el deseo de Manji de conseguir la mortalidad… 

HONOR Y SANGRE EN EL SIGLO XVIII

Hiroaki Samura es el creador de La espada del inmortal(Mugen no Junin en su versión original), cuya serialización comenzó en 1994 en la revista Comic Morning.Glénat ha sido la encargada de traernos este manga en su línea de seinen,en su habitual y perfecta edición en tomo japonés de más de 200 páginas a 8’5€ cada uno en una serie de 12 tomos traducidos por los geniales Marc Bernabé y Verónica Calafell. 
Lo primero que llama la atención de esta obra es su soberbio dibujo.Samura se descubre como todo un artista en el uso de la tinta y el lápiz.Podríamos definir el estilo del autor como «artesanal», pues no abusa de las tramas como la mayoría de los mangas,utilizando la propia tinta para realizar las sombras,efectos y demás.Por otro lado,entre las viñetas a tinta se intercalan muchas otras en lápiz,donde ya sí que las tramas son prácticamente inexistentes,acentuando ese estilo artesanal, confiriendo fuerza y belleza a sus composiciones.Desde luego,es todo un deleite ver las viñetas que dibuja Samura,desde los personajes hasta los paisajes,dibujos que muchas veces aparecen abocetados,confiriendo una personalidad única en el estilo del autor.También podemos observar el genio del mangaka en las diversas ilustraciones que pueblan cada tomo.Un diez en este aspecto.Todo rebosa calidad. 
En lo que respecta al guión,es muy ameno y entretenido,convirtiéndose en una lectura muy recomendable.La historia se desarrolla en el Japón del siglo XVIII,permitiéndonos contemplar cómo era el país en aquella época(cuando todavía seguía aislada del resto del mundo),pero sin profundizar tampoco en excesivas referencias históricas y culturales,lo que favorece su lectura(a diferencia de, por ejemplo,Vagabond).En el argumento se dan de la mano aspectos reales con otros fantásticos(como diversas leyendas niponas),configurando un más que atractivo cóctel.Aunque el personaje de Manji pueda parecer algo manido(ya se sabe,fabuloso samurai tosco,un poco bruto y aparentemente insensible pero de gran corazón y humanidad y casi invencible en la batalla),Samura juega muy bien con estos tópicos,llenando de naturalidad y humanidad este estereotipo,además de añadir un nuevo factor:en contra de lo que pudiera parecer,Manji odia su inmortalidad,llegando a envidiar a sus enemigos mortales por su capacidad de morir.Por otro lado,un aspecto bastante importante de este tipo de historias son las escenas de lucha entre los protagonistas y sus enemigos.Pues hay que decir que Samura vuelve a lucirse en este aspecto,representando batallas llenas de rapidez y claridad sin que se le escape ni un sólo detalle.No habrá golpes que no sepamos de dónde han salido,todo estará tan claro como el agua.Además,el autor suele culminar estos duelos con una preciosa ilustración del golpe definitivo,donde tal vez sí que os podáis liar un poco para diferenciar los distintos elementos, debido a la minuciosidad y lírica que intenta crear el mangaka en ese momento,fundiendo las figuras con la sangre y los más diversos adornos.En definitiva,leer las peripecias de Manji y Rin es todo un placer. 

LA HORA DE LA VENGANZA HA LLEGADO…

La espada del inmortal no sólo es una obra que entusiasmará a todos los aficionados a las historias de samurais(creo que estoy oyendo a los aficionados de Rurouni Kenshin por ahí ^^),sino que también lo hará al resto de lectores otakus que den una oportunidad a este manga.Presentado un sensacional dibujo y una historia muy pero que muy amena,la historia de Manji y Rin se presenta como una de las mejores opciones del aficionado dentro del mercado español.

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